domingo, 24 de enero de 2010

Las Preguntas

Vamos a continuar con Rilke otro poco: "Por ser usted tan joven, estimado señor, y por hallarse tan lejos aún de todo comienzo, yo querría rogarle, como mejor sepa hacerlo, que tenga paciencia frente a todo cuanto en su corazón no esté todavía resuelto. Y procure encariñarse con las preguntas mismas, como si fuesen habitaciones cerradas o libros escritos en un idioma muy extraño. No busque de momento las respuestas que necesita. No le pueden ser dadas, porque usted no sabría vivirlas aún y se trata precisamente de vivirlo todo. Viva usted ahora sus preguntas. Tal vez, sin advertirlo siquiera, llegue así a internarse poco a poco en la respuesta anhelada y, en algún día lejano, se encuentre con que ya la está viviendo también." (Cartas a un joven Poeta).
Vivir las preguntas porque se trata de vivirlo todo, dice nuestro poeta, trabajar con todos nuestros prejuicios, ideas pre-concebidas, miedos, etc., que hacen de nuestra experiencia algo que tenemos bajo "control". Poder estar abiertos a la incertidumbre, al vértigo que nos provoca, tomar los momentos, tratar al menos, como los niños, que tienen miles de preguntas sin resolver acerca de la existencia. Siento que de alguna manera eso es vivir más real y profundamente. Damos tanto valor a tener "las respuestas" pero eso, a veces, nos resta de la experiencia emocional que significa enfrentar algo para lo cual no tengo una posición. Hacemos de nuestra existencia una repitición de momentos y de sentimientos, por miedo a enfrentar lo nuevo, miedo a reconocer nuevos movimientos que ocurren en nuestro interior. Al menos tratar de pensar que cuando damos respuesta a alguna de nuestras preguntas, es posible que sea transitorio y que vendrán nuevas comprensiones a mi encuentro.